martes, 22 de abril de 2025

¿Qué hacer cuando no quiere estudiar?

 

Técnicas para activar la motivación académica (aunque no tenga ganas)

A todas las personas nos ha pasado: el cuaderno abierto, la tarea pendiente, el reloj corriendo… y las ganas de estudiar completamente ausentes. No se trata de no saber qué hacer. A veces, simplemente, no se siente con el ánimo o la energía para empezar.

Desde la psicología educativa —y también desde la experiencia como madre y educadora— sabemos que muchas veces, lo que falta no es voluntad, sino estrategia. Por eso, si hoy usted o su hijo(a) se siente desmotivado/a, este texto puede ser el empujón amable que necesitan.



Primero lo primero: ¿qué es la motivación académica?

La motivación académica es ese impulso interior que lleva a una persona a aprender, avanzar, y comprometerse con sus metas de estudio. Pero hay algo importante que a veces se olvida: no es constante. Cambia según cómo nos sentimos, lo que pensamos y las condiciones que nos rodean.

¿Por qué no quiere estudiar?

Antes de aplicar una técnica, conviene identificar qué está sintiendo. Porque muchas veces “no quiero estudiar” es una forma corta de decir:

  • “Estoy mentalmente agotado/a”
  • “No sé por dónde comenzar”
  • “Tengo miedo de no hacerlo bien”
  • “No le veo sentido a esto”
  • “Estoy abrumado/a con todo lo que tengo que hacer”

Reconocer qué está detrás de esa resistencia es el primer paso para gestionarla con más amabilidad.

Estrategias desde la psicología educativa para recuperar el impulso:

1. La técnica de los 5 minutos

Dígase a usted mismo/a que estudiará solo cinco minutos. Si después decide parar, está bien.
Lo más difícil suele ser empezar. Muchas veces, al comenzar, la motivación aparece sola.

2. Divida la tarea

Evite ver el estudio como una carga inmensa. En su lugar, divídalo en partes pequeñas y alcanzables.
Por ejemplo: “Hoy solo repaso dos páginas y subrayo lo más importante”.

3. Recuerde su propósito

Pregúntese: ¿para qué estudio esto? ¿Qué meta mayor me está ayudando a alcanzar?
No siempre amamos la materia, pero sí podemos conectar con lo que hay más allá de ella.

4. Actívese físicamente

Un pequeño cambio físico puede desbloquear su mente: caminar un poco, estirarse, cambiar de ambiente.
El movimiento genera energía y ayuda a romper con el bloqueo.

5. Trátese con amabilidad

Evite pensamientos como "soy un desastre" o "siempre lo dejo todo para el final".
En su lugar, practique mensajes como: “Hoy haré lo que pueda. Un paso pequeño también cuenta.”

6. Recompénsese

Después de cumplir una meta (aunque sea breve), permítase disfrutar algo que le guste.
Una bebida caliente, una serie, una caminata... pequeños premios mantienen su motivación activa.

Recuerde…

Aprender a motivarse no es una habilidad innata, es algo que se construye poco a poco. Si usted o su hijo/a está pasando por un momento de desmotivación, no se culpe ni se rinda. La motivación académica se puede cultivar, especialmente cuando hay comprensión, estrategias adecuadas y espacios donde el aprendizaje tenga sentido.

Motivarse también es parte del aprendizaje. Y se vale empezar de nuevo, todas las veces que sea necesario.

lunes, 14 de abril de 2025

Estudiando en casa: Desafiando el sistema educativo tradicional de Costa Rica junto a mi hija

 

Hoy quiero compartir con ustedes una experiencia personal, la aventura que viví junto a mi hija Jimena cuando tomamos la decisión de que estudiara en casa. Recuerdo perfectamente el día en que se lo propuse, ella tenía 13 años. Imaginen su cara, una mezcla de sorpresa y, confieso, un poquito de susto. Y es que, en Costa Rica, salirse del esquema tradicional de la escuela no es algo común, mucha gente incluso desconoce que es una opción.  Ella lo explica muy bien en este video…


Para mí, como mamá, la idea rondaba en mi cabeza hacía tiempo. Quería una educación más personalizada para Jimena, que se adaptara a su ritmo y a sus propias formas de aprender. Pero claro, para ella, que siempre había estado en centros educativos, la idea de quedarse en casa era algo totalmente nuevo. Como ella misma dice en el video, le sonaba a esas películas americanas del "homeschool", pero nunca lo había considerado para su propia vida.

Recuerdo que no fue una decisión que tomamos a la ligera. Primero investigué, conversé con una madre que lo utilizó con sus hijos, valoré los pros y los contras sobre la mesa. Jimena tenía sus dudas, ¡quería su uniforme, sus profesores, la rutina que conocía!. Pero también veía en la propuesta una oportunidad diferente. Finalmente, decidimos intentarlo.  Y su papá, siempre nos apoyó en estas aventuras.

Los inicios no fueron fáciles, eso es cierto. Veníamos de un sistema muy estructurado donde todo está pautado: horarios, materias, cómo estudiar. Para Jimena, al principio, fue un poco como perder el rumbo. Ella misma lo dice, extrañaba la figura del profesor al frente, las tareas "tradicionales". Mi papel entonces fue crucial. Le decía: "Jimena, entienda que ahora tiene la posibilidad de manejar las cosas como usted quiera y como a usted le sirva, porque cada persona tiene una manera diferente de aprender".  Incluso tenía la flexibilidad de participar en otras actividades, porque ella misma podía organizar y planificar su horario.

Fue un proceso hermoso verla descubrir cómo aprendía mejor, si escuchando, leyendo o haciendo. Juntas fuimos probando diferentes métodos: tutores, mi propia ayuda, videos educativos, libros.... Poco a poco, Jimena fue adaptando las cosas a un sistema que le funcionaba a ella. Y quiero destacar algo muy importante: estudiar en casa no significaba menos exigencia. En Costa Rica, el Ministerio de Educación Pública (MEP) tiene convocatorias de exámenes dos veces al año, con temarios que abarcan desde séptimo grado hasta bachillerato. Jimena tenía que estudiar todo ese contenido y presentar los exámenes para demostrar sus conocimientos.

Verla desarrollar esa autodisciplina y organización fue una de las mayores satisfacciones como madre. Es cierto que los 13, 14 y 15 años fueron de adaptación, de aprender juntas cómo funcionaba mejor este nuevo camino. Pero luego, a los 16, llegó la pandemia, y lo que para muchos fue un gran desafío, para Jimena fue una continuidad. Ella ya estaba acostumbrada a aprender de forma autónoma, y muchos de sus amigos le preguntaban cómo lo hacía.

Hoy, con 20 años y estudiando en una universidad a distancia, Jimena reconoce que la experiencia de estudiar en casa la preparó de una manera increíble para esta modalidad. Las habilidades de investigación, la capacidad de estudiar por su cuenta, la organización... todo lo que aprendió en esos años fue fundamental. Como ella misma dice, no sabe qué haría si no hubiera tenido esa base.  Y ahora se prepara para ingresar a una universidad en Viena, Austria.

Mirando hacia atrás, no cambiaría esta experiencia por nada. Sí, tuvo sus desafíos, sus momentos de incertidumbre, pero ver a mi hija crecer como una persona autónoma, responsable y dueña de su propio aprendizaje ha sido un regalo. Creo firmemente que brindarle la oportunidad de personalizar su educación fue una de las mejores decisiones que tomamos juntas

¿Alguna otra mamá o papá ha vivido algo similar? ¡Me encantaría leer sus experiencias!

 



lunes, 7 de abril de 2025

Autorregulación del aprendizaje… ¿por qué es clave en la secundaria y la universidad?

 

Imaginémonos por un momento que el aprendizaje es como conducir un auto. La autorregulación sería ese sistema interno que nos ayuda a saber cuándo acelerar, cuándo frenar, cuándo revisar si se va en la dirección correcta… y cuándo dar la vuelta si nos equivocamos de camino.

En secundaria y universidad —cuando los adultos esperan que “ya sepan organizarse”— muchos estudiantes siguen sintiéndose perdidos, sin un GPS claro. Ahí es donde entra la autorregulación del aprendizaje: una habilidad poderosa que puede marcar la diferencia entre sobrevivir los estudios… y realmente disfrutar el proceso.



¿Qué es exactamente la autorregulación?

La autorregulación del aprendizaje es la capacidad que tiene una persona para planificar, monitorear y evaluar su propio proceso de estudio. Es decir, no solo hacer la tarea, sino saber cómo, cuándo, por qué y para qué la está haciendo.

Como psicóloga, muchas veces escucho a estudiantes decir:
"Estudio un montón, pero no me va bien", "Quiero estudiar, pero no sé por dónde empezar", “Son muchas actividades y no sé cómo organizarme”.

Y en el fondo, lo que está faltando no siempre es más esfuerzo, sino más estrategia y autoconciencia.

Debemos aprender a…

  1. Planificar
    Elegir metas realistas.
    Dividir tareas grandes en pasos manejables.
    Organizar el tiempo (¡sin caer en el perfeccionismo!).
  2. Monitorear
    Revisar si se está entendiendo lo que se estudia.
    Hacerse preguntas mientras se aprende.
    Ajustar la estrategia si algo no está funcionando.
  3. Evaluar
    Reflexionar después de una tarea: ¿qué salió bien? ¿qué puedo mejorar?
    Reconocer los avances, aunque sean pequeños.
    Aceptar los errores como parte del proceso.

 Se espera que los estudiantes sean responsables, pero pocas veces se les enseña cómo serlo. Y eso puede generar frustración, ansiedad, procrastinación… o incluso el deseo de abandonar. En secundaria y universidad nadie va detrás revisando cada paso, pero como docentes podríamos acompañarlos en este proceso y orientarlos de la mejor manera.

Como madre, entiendo perfectamente el deseo de “recordarle” todo al hijo o hija: la tarea, la entrega, el examen. Pero también sé que, si no damos espacio para que se equivoquen y aprendan a organizarse, les estamos quitando una oportunidad valiosísima para su vida adulta.

La buena noticia: se puede aprender

La autorregulación no es un talento con el que se nace. Es una habilidad que se entrena, como andar en bici. Y cuanto antes se empiece a practicar, mejor.

Podemos ayudar a los estudiantes con:

  • Agendas visuales o digitales.
  • Técnicas de estudio activas (resúmenes, mapas, autoexplicaciones).
  • Rutinas realistas y flexibles.
  • Espacios de conversación donde puedan pensar en voz alta sobre cómo están aprendiendo

Cuando un estudiante empieza a autorregularse, no solo mejora su rendimiento académico, sino que gana confianza en sí mismo, desarrolla pensamiento crítico y se vuelve más autónomo.

Y no hay mejor inversión a largo plazo que esa.

 

domingo, 30 de marzo de 2025

Estrategias de estudio que sí funcionan, y… que no se enseñan en la escuela

 

¿Les ha pasado que sus hijos o estudiantes pasan horas y horas “estudiando”, pero al final parece que nada se les queda? Como psicóloga, educadora y madre, he visto este escenario más de una vez; mientras mis hijos estudiaban y cuando compartía mis experiencias con madres que vivían lo mismo.  Y no es culpa de ellos. El problema es que muchas de las estrategias que realmente ayudan a aprender... ¡nunca nos las enseñaron en la escuela!



Recuerdo una vez que revisando el libro de texto de mi hija, estaba todo resaltado en amarillo y le pregunté ¿por qué marcó todo? Y la respuesta hizo que cambiara el sistema tradicional al que venía participando por otro que motivó este blog.

Su respuesta fue... “la profesora me dijo que todo era importante”.  A muchos nos dijeron que estudiar era “leer y subrayar” o hacer un resumen con letra bonita. Pero, aunque esas técnicas ayudan un poco, no son las más efectivas. Hoy quiero contarles sobre algunas estrategias que pueden transformar la forma en que sus hijos, o usted misma, estudian. Y lo mejor: son fáciles de aplicar, incluso en casa.

1. Repaso espaciado

Esta estrategia es muy simple, pero requiere organización y constancia.  La idea es simple: en lugar de estudiar todo de golpe (lo que muchos hacen antes de un examen), se repasa el contenido en intervalos de tiempo.
📅 Por ejemplo: estudias hoy un tema, lo revisas de nuevo en 2 días, luego en una semana, después en dos. Este “goteo” de conocimiento le dice al cerebro que la información es importante y necesita mantenerse accesible.

💡 Hay apps como Anki (para crear tarjetas personalizadas) o Quizlet (fichas creadas con IA) que ayudan con esto, pero también se puede hacer con tarjetas de papel o un cuaderno, las fichas tradicionales.

2. Mapas mentales

A mí, como mamá visual, ¡me encantan! Y a muchos jóvenes también. Un mapa mental no es solo un dibujo bonito: es una herramienta para organizar ideas de forma visual, ver conexiones entre conceptos y activar la memoria visual.

🧠 En lugar de copiar párrafos enteros, animemos a nuestros hijos a usar colores, flechas, símbolos y dibujos que representen lo que están aprendiendo. Les da estructura, pero también libertad.  Además, deben aprender a resumir pata sistematizar la información.

3. Técnica Pomodoro

¿Conocen esa sensación de “ya no me entra nada”? A veces, lo que falta no es fuerza de voluntad, sino gestión del tiempo y del cerebro. La técnica Pomodoro propone esto:

⏱️ 25 minutos de estudio concentrado + 5 minutos de descanso (esto es un “pomodoro”). Después de 4 ciclos, se toma un descanso largo (15-30 min).

Esta técnica enseña a los estudiantes a respetar su capacidad de concentración, y poco a poco mejora su productividad sin quemarse.  Nos enseña a gestionar nuestro tiempo de trabajo, imagínense si los profesores la utilizaran como parte del desarrollo de la clase, lamentablemente a veces están más preocupados por cumplir con un cronograma o su plan de clase.

4. Autoexplicación (sí, hablar solos sirve)

En mi época se le decía, estudiar en voz alta. Una estrategia que no se conoce como una teçnica como tal, pero es muy efectiva.  Se trata de que el estudiante se explique a sí mismo el contenido en voz alta, como si lo estuviera enseñando a alguien más.

👄 Cuando uno explica, tiene que organizar lo que sabe, buscar ejemplos, hacer conexiones… Y ahí está el aprendizaje. Incluso pueden grabarse y luego escucharse para ver qué pueden mejorar.

Se puede complementar con hacerse preguntas a sí mismos sobre lo que se estudia. No para ver cuánto saben al final, sino como parte del estudio.

📝 Inventar preguntas, responderlas sin ver los apuntes, usar bancos de preguntas o hacer pequeñas pruebas cortas familiares (¡con premios!) ayuda a la memoria a largo plazo.

6. Enseñar a alguien más

Si se logra enseñar algo, es porque realmente se entendió. Puede pedirle a su hijo que le explique el tema como si usted no supiera nada. O que se lo cuente a su hermanito, a la abuela o hasta al gato. 🐱

El simple acto de convertirse en “profe por un rato” fortalece el aprendizaje y desarrolla habilidades comunicativas.

7. Aprender con emociones y sentidos

Aquí entra un poco mi lado de mamá creativa: hacer que el aprendizaje conecte con algo que provoque emoción, risa, curiosidad o sorpresa. ¿Se puede hacer una canción con los nombres de los planetas?  Ahora hay una muy buena aplicación, se las recomiendo se llama SUNO, o podemos crear o buscar una infografía, un video, o hasta un meme y a partir de lo chistoso, generar una reflexión y aprendizaje significativo y contextualizado.

🎭 Estudiar no tiene que ser aburrido. Cuanto más sentido y emoción le pongamos, más se queda grabado.

En resumen...

Lo que aprendemos, no es lo que más tiempo pasamos leyendo, sino lo que entendemos, conectamos y usamos activamente. Estas estrategias no solo mejoran las notas, sino que ayudan a formar estudiantes más autónomos, seguros y motivados.

Así que como mamá, psicóloga y educadora te invito a probar alguna de estas técnicas en casa. No hace falta aplicarlas todas de golpe. Empieza por una, observa, y ajusta según lo que funcione mejor para su hijo o incluso para usted.

 

domingo, 23 de marzo de 2025

Estudiar en casa: ¿una moda o una oportunidad para formar estudiantes autónomos?

Hola!  Estoy de regreso...


Hace algunos años, si uno decía que su hijo estudiaba desde casa, muchas cejas se levantaban. “¿Y cómo socializa?”, “¿no se va a atrasar?”, “¿no es mejor la escuela tradicional?”. Hoy, la conversación ha cambiado. El aprendizaje en casa —por elección o por necesidad— se ha vuelto parte del panorama educativo, y es hora de preguntarnos: ¿es solo una moda pasajera o una verdadera oportunidad?

Desde mi experiencia como psicóloga educativa, pero también como madre, he podido ver ambos lados de la moneda. Y les confieso algo: estudiar en casa puede ser una experiencia maravillosa siempre y cuando se enfoque con intención.

Autonomía que se cultiva

Uno de los mayores regalos del estudio en casa es la posibilidad de fomentar la autonomía. No me refiero a que los chicos se vuelvan expertos en hacer tareas solos, sino a algo más profundo: aprender a organizarse, autorregularse, saber cuándo necesitan ayuda y cuándo pueden resolver por sí mismos.

Eso sí, la autonomía no nace de la noche a la mañana. Como toda habilidad, se cultiva. Y ahí es donde entramos los adultos: para acompañar sin invadir, para guiar sin controlar.

Aprender a aprender

Estudiar en casa también invita a los estudiantes a conocerse mejor como aprendices. ¿En qué momentos se concentran más? ¿Qué tipo de actividades les ayudan a comprender mejor la información? ¿Cómo se sienten al aprender algo nuevo?

Esta autoobservación, que muchas veces se pierde en el ritmo agitado de la educación tradicional, es oro puro para el desarrollo académico y personal.

El hogar como espacio de aprendizaje

Contrario a lo que muchos creen, el hogar puede ser un entorno muy fértil para el aprendizaje… si lo preparamos para ello. No hablo de tener un escritorio de Pinterest (aunque si lo tienes, ¡genial!), sino de crear un espacio emocionalmente seguro donde el error no se castiga, donde se fomenta la curiosidad, y donde la conversación sobre lo aprendido se vuelve parte del día a día.

No es para todos… y está bien

Ahora bien, no todo es color de rosa. No todos los estudiantes aprenden mejor en casa. Hay quienes necesitan más estructura externa, interacción constante o simplemente disfrutan el entorno escolar. Y eso también está bien. Lo importante es poder elegir conscientemente lo que mejor se adapte a cada persona, sin prejuicios.

Una oportunidad si sabemos aprovecharla

Estudiar desde casa no tiene que ser un parche ni un plan B. Puede ser una oportunidad real de formar estudiantes más conscientes, más responsables y —por qué no— más felices con su forma de aprender.

¿Y tú? ¿Tienes experiencias con el estudio en casa? ¿Te ha funcionado o te ha generado más dudas que certezas? Me encantará leerte en los comentarios

domingo, 10 de mayo de 2020

3 claves para motivar a tu hijo cuando no quiere estudiar... ahora en cuarentena y para siempre

Durante la emergencia sanitaria que estamos viviendo a nivel mundial por el COVID-19 y específicamente con la cuarentena en la que hemos estado desde hace varias semanas, los padres se han enfrentado al reto de ser docentes de sus hijos.

Si bien pueden hacerlo de manera exitosa con la debida asesoría, pueden carecer de tiempo, recursos y conocimiento de algunos consejos que los orienten en este proceso.


Algunos artículos o profesionales le pueden decir, converse con la docente, mantenga una comunicación constante con el centro educativo, asista a reuniones y conozca qué es lo que que está aprendiendo su hijo/a; pero, ¿qué hacemos con eso? 

No avanzamos mucho si pedimos apoyos adicionales, tutores o estudiar con ellos únicamente para los exámenes, usted bien sabe que eso puede ser parte del proceso educativo, pero NO es lo que necesito para que mi hijo estudie, aprenda, se motive, participe, cumpla con sus tareas y de paso, pueda ser FELIZ.

¿Cuáles son las 3 claves que le propongo?

1. Hay que fomentar el aprendizaje autorregulado, pero ¿qué es eso?  Es un proceso dentro del cual debe establecer METAS, conocer estrategias de estudio y ejecución de TAREAS y debe aprender a realizar una AUTO EVALUACIÓN de sus logros.

Eso hay que saberlo plantear...

2. Usted como padre no tiene porqué saber esto y ¿CÓMO? llevarlo a cabo, existen una serie de estrategias y actividades que su hijo/a, desde la comodidad de su casa, aprendiendo a su ritmo, con prácticas autoevaluativas, buscando la solución de problemas, a través de la toma de decisiones, con proyectos, investigación y el acompañamiento constante, puede autogestionar su aprendizaje, ser disciplinado y el protagonista de este proceso.

Busque un profesional que le ayude con su hijo, para que poco a poco vaya adquiriendo esas HABILIDADES y COMPETENCIAS que puede desarrollar e que incluso lo preparan para la VIDA; pero, eso no se da de la noche a la mañana.

3.  Educación Personalizada a Distancia, una opción educativa donde puede elegir qué, cómo y dónde estudiar, la hora, el día y lugar y trabaja con sus propios recursos.  El estudiante es el responsable, pero con un acompañante de aprendizaje, que le brindará estrategias de estudio, habilidades para aprender y de investigación.

Hay que ayudar al estudiante a adquirir el conocimiento de una variedad de fuentes, con experiencias de aprendizaje significativas, eficaces y exitosas, adaptadas a situaciones de la vida real, preparándolo para el mundo real, con una retroalimentación constante para que pueda plantear sus dudas, consultas, como parte de una evaluación formativa.

Son muchos lo detalles a considerar, desde enseñarlos a organizar un horario, que aprendan ciertas herramientas tecnológicas para complementar su aprendizaje, e incluso repensar los contenidos, para presentarlos de una manera que les genere curiosidad y asombro.  TODO UN RETO, así es!

Para mayor información no dude en escribir o llamar al WhatsApp 8965-1539 donde con gusto estaré para atenderlo y aclarar sus dudas.

Mi nombre Tatiana Ramírez, psicóloga y educadora.




sábado, 11 de abril de 2020

COVID-19 y su impacto en la educación de nuestros estudiantes

Debido al confinamiento que se está viviendo por el COVID-19 y las medidas de cuarentena tomadas por muchos gobiernos, niños, jóvenes, estudiantes universitarios y todo aquel estudiante en procesos formales e informales, tuvieron que dejar de asistir a los diferentes centros educativos.



Esta situación ha creado la necesidad de ofrecer opciones y respuestas educativas para continuar con las clases y no perder un año lectivo.  Para que los estudiantes no se vean afectados, algunos centros educativos, tanto a nivel de secundaria, como a nivel universitario, e incluso, centros de educación formal e informal, han realizado actividades donde el estudiante sigan viendo los contenidos, hagan múltiples tareas y colocan al docente en un video o ante una cámara por medio de los programas de videoconferencias, para que los estudiantes lo vean y el docente pueda  dar su clase como si la estuviera ofreciendo de manera presencial.

Pero la educación no debe ser así y los estudiantes deben y pueden aprender de otras maneras.




Ha cobrado mayor interés la educación de nuestros hijos y la forma cómo cada quién estudia en sus diferentes procesos de aprendizaje.  Hemos dejado la responsabilidad en el centro educativo y ahora en el docente, con pocas o casi nulas, herramientas para dar clases virtuales.

Con la tecnología no van a ser mejores docentes, se debe ofrecer espacios de autogestión, de acompañamiento, donde el estudiante sea el protagonista y el docente un guía, un asesor, un facilitador.


Cobra importancia la mediación de los contenidos, la gestión de la información y la gestión de los aprendizajes es punto clave para lograr que sea eficaz, fomentando la capacidad de progreso, con el adecuado desarrollo del aprendizaje a distancia por medio del apoyo directo.

Desde hace mucho he venido ofreciendo la opción de estudiar en casa, con las ventajas que ésta ofrece, ahora, les ofrezco la opción de "Educación Personalizada a Distancia" donde su hijo o usted como estudiante universitario, puede recibir sesiones individuales, acompañamiento personal, retroalimentación al estudiante y comunidades de aprendizaje.  Aprenda cómo gestionar su aprendizaje.

No dude en llamar o escribir al WhatsApp 8965-1539 donde un profesional lo estará esperando para atender sus dudas y consultas.

¿Qué hacer cuando no quiere estudiar?

  Técnicas para activar la motivación académica (aunque no tenga ganas) A todas las personas nos ha pasado: el cuaderno abierto, la tarea ...